Cronología del vino
Parte III



En 1931, Abelardo L. Rodríguez compró Bodegas de Santo Tomás y trajo al enólogo italiano Esteban Ferro, quien importó cepas francesas e italianas, las cuales dieron un impulso definitivo a la zona vitivinícola de Baja California.
Con la llegada de los inmigrantes españoles a México por causa de la Guerra Civil Española (1936-1939), reactivaron el gusto por los vinos que eran traídos de diversos países europeos y sudamericanos y las pocas bodegas establecidas en México comenzaron a fabricar vinos que aparentaron a sabores españoles.
En 1936 se establece la Vinícola Regional, italiano llegado a México, Angelo Cetto, comienza a elaborar vinos de calidad en el Valle de Guadalupe.
En los años 40 llega desde Italia el Viticultor y Enólogo Vittorio Giaginto Bortoluz Perencin, contratado por la compañía "Productos Vinícolas de Delicias", en donde hasta finales de 1951, se dedicó a desarrollar vides para los territorios de Chihuahua y Coahuila.
En 1948, quince empresas crearon la Asociación Nacional de Vitivinicultores buscando así la consolidación de la vitivinicultura mexicana, motivadas por la necesidad de contar con un órgano que representara sus intereses ante instituciones públicas y privadas locales, nacionales e internacionales. Esta Asociación agrupa tanto a los productores de la uva en el país, como a las empresas y organizaciones que se dedican a procesar la misma para la obtención de sus derivados, como la uva pasa, jugos de uva, brandy y los vinos mexicanos.
Valle Redondo, la conocida vitivinícola de Aguascalientes, es fundada en 1964. En el año de 1970, se funda en el Valle de Guadalupe la compañía Vides del Guadalupe Domecq, que hoy conocemos como Casa Pedro Domecq. A partir de los años setentas comienzan la producción de sus vinos de mesa.
En 1970, se establece en Zacatecas la vitivinícola Vinos Carrera. En 1972, el Viticultor y Enólogo Vittorio Giaginto BortoluzPerencin, junto con su hijo Claudio, funda “Viñedos La Redonda”, en el municipio de Ezequiel Montes, en el estado de Querétaro. Mientras estas grandísimas empresas crecían continuamente, pequeñas bodegas iban surgiendo en otras zonas como Querétaro, Aguascalientes y Zacatecas.
Entre 1970 y 1980, la producción se triplicó, lo que implicó un ritmo de duplicación de las áreas cultivadas cada tres años, junto con un fuerte crecimiento de las inversiones en equipos, promoción y comercialización. Este ritmo de crecimiento estaba fuertemente motivado por el proteccionismo gubernamental que prohibía la importación de vinos, por lo que varias empresas extranjeras decidieron abrir bodegas en México, entre ellas Casa Pedro Domecq y Martell.
En 1970, se establece en Zacatecas la vitivinícola Vinos Carrera.
En los años 70 el catalán Francisco Domenech funda en San Juan del Río, Querétaro, una vitivinícola llamada Hidalgo, que después cambió de nombre a La Madrileña; hasta el año 2000 en que ya no se dedicó a hacer más vino.
1977 fue el año que vio nacer otra bodega en Aguascalientes: Bodegas de Haciendas de Letras.
En 1983, Héctor y Gontrán Valentín se asocian con el enólogo Fernando Martain para fundar en Ensenada Cavas Valmar. Con esto los hermanos Valentín lleva más lejos la tradición iniciada por su padre, Don Federico Valentín, quien a su llegada de Francia en el año 1919 empezó a elaborar su propio vino en su rancho ensenadense.
En 1984, en Zacatecas inicia la elaboración de vinos la vinícola Cachola. En los años ochenta llega al Valle de Guadalupe el conocido enólogo mexicano Dr. Víctor Torres Alegre, con Bodegas Urbiñon (cuyo cierre se da en los años noventa). Posteriormente participaría con bodegas como Château Camou y Barón Balch'é, para finalmente iniciar si propio proyectos con su vinícola Torres Alegre.
En 1987, México ingresó al GATT (General Agreement on Tariffs and Trade) con lo que se abrieron las puertas a la importación, comenzando así las quiebras de la mayoría de las empresas vinícolas: de 60 que había, quedaron alrededor de 10 en funcionamiento. Una gran cantidad de vinos extranjeros de buena calidad y buen precio abarrotaron las tiendas. Es justo en este momento que se creó mala fama para los vinos mexicanos, cuando los comenzaron a comparar con los extranjeros. Mala fama que persiste hasta nuestros días en muchas personas aficionadas al vino que vivieron esa época, y que siguen sin darle oportunidad al nuevo vino mexicano.
Con mucho trabajo previamente realizado por parte de Antonio Badán en su rancho “El Mogor”, en 1987, salió la primera botella del vino Mogor Badán. En ese mismo año inicia el proyecto de Vinos y Viñedos Californianos Roganto, lográndose en 2001 la primera cosecha con fines comerciales.
En 1988, David Bibayoff, descendiente de aquellos rusos que llegaron al Valle de Guadalupe a inicios del siglo XX, funda Bodegas Valle de Guadalupe, responsable de la producción de los Vinos Bibayoff.
También en 1988, justo en medio de la crisis de la industria vitivinícola nacional, se funda en el Valle de Guadalupe la vinícola Monte Xanic, que tiene una propuesta completamente diferente. Su éxito motivó a otros productores a seguir su ejemplo.
Otro hecho trascendente para la historia del vino mexicano fue cuando en 1988 llegó a Bodegas Santo Tomás el famoso enólogo mexicano Hugo D'Acosta. La pequeña bodega zacatecana Cantera y Plata aparece en el año 1990, cuyos caldos son considerados de muy buena calidad.
En este año de 1990 se da la primera cosecha de Albarolo, de Vinos Shimul, proyecto vitivinícola ensenadense de Álvaro Ptacnik. La primera cosecha en comercializarse formalmente fue la 2000.
En 1991 el Ing. Eduardo Liceaga, decidió reconvertir Viña de Liceaga para cultivar uva para elaborar vino. En 1994 se establece Château Camou en el corazón del Valle de Guadalupe.
En 1997 Donald y Tru Miller fundan Adobe Guadalupe. Ese mismo año nacen otros dos proyectos: Barón Balch'é y Viñedos Lafarga. Y la primera cosecha del famoso Vino de Piedra, del enólogo Hugo D'Acosta.
En Parras surge otra bodega productora de vinos en 1998: Viñedos Buena Fe; con su vino tinto Rivero González cuya primer cosecha fue en 2003.
En 1999 se forma la Vinícola Tres Valles, en Baja California.
Para 2000 otro proyecto inició en el Valle de Ojos Negros, bajo el nombre de Bodegas y Viñedos San Rafael. Dos años después la bodega Vinisterra ve la luz en el Valle de San Antonio de las Minas.
En el año de 2004 el innovador enólogo Hugo D'Acosta funda en el Valle de Guadalupe uno de los proyectos vinícolas más importantes de la región: La Estación de Oficios El Porvenir, mejor conocida como “La Escuelita”. En sus instalaciones, dirigidas por el enólogo belga Thomas Egli, han nacido muchos vinos artesanales actuales que fueron la base con que pequeños productores han logrado consolidar su presencia en el mercado mexicano.
En febrero del 2009, se fusiona la Asociación Nacional de Viticultores, A.C y el Comité Nacional Sistema Producto Uva para crear el Consejo Mexicano Vitivinícola A.C. con el objetivo de crear una estructura que abarca las cinco diferentes vocaciones de uva: uva de mesa, uva pasa, jugo y concentrados, brandy y uva vino, contemplando además las empresas que se dedican a la obtención de sus derivados.