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Biografía de Fray Elías del Socorro Nieves (Padre Nieves)





Profesor Jorge Vera Espitia, Cronista de Cortazar


Durante el tiempo de los conflictos religiosos, conocidos como la “Guerra Cristera” (1926 – 1929). La población Cortazarenses mayoría católica no se excluye de las amenazas del gobierno federal, que quiso prohibir el culto y las celebraciones religiosas en el municipio.


Muchos se rebelan ante las disposiciones del gobierno de Plutarco Elías Calles y deciden defender su fe a costa de lo que fuera.


Deciden ocultar a sus ministros que oficiaban sus misas haciéndolo en domicilios particulares y cuevas, a pesar del acoso de las autoridades.


Uno de estos ministros fue el Padre Fray Elías del Socorro Nieves, el cual fue detenido y fusilado a las afueras de Cortazar, por el camino a Salvatierra.


Elías Nieves Castillo nació en la isla de San Pedro en el lago de Yuriria, Gto., el 21 de septiembre de 1882, hijo del Sr. Ramón Nieves y la Sra. Rita Castillo.


Nació enfermo y ese mismo día fue bautizado en el convento Agustino de Yuriria, Gto.


Cuando recibió la primera comunión fue tanta su emoción que sus ojos se llenaron de lágrimas y a su regreso a su casa le dice a su mamá “MAMACITA YO QUIERO SER COMO ESE PADRE QUE ME ACABA DE DAR A DIOS”.


Después su familia se traslada a vivir a Yuriria donde el niño Elías aprendería el silabario de San Miguel y el Catecismo del padre Ripalda en la escuela de las Magañas de la señorita Eulogia Magaña, iniciadora de varios sacerdotes.


Cuando tenía 12 años sufre una terrible anemia y tuberculosis por lo grave que estuvo el sacerdote le administró el sagrado Viático y la extremaunción.


En la noche de su agonía el 24 de diciembre de 1894, la familia lloraba desconsoladamente, sólo Elías estaba tranquilo y con plena seguridad les dijo: “NO LLOREN AL CABO YO NO ME VOY A MORIR PORQUE DEBO DE SER SACERDOTE.


El 13 de octubre de 1895 se quedó huérfano, al ser asesinado su padre por unos salteadores, ya adolescente pasó una vida de mucha carencia, su familia tuvo que vender su casa en Yuriria, y ponerse a trabajar barriendo calles, haciendo mandados y tocando las campanas del templo de San Agustín.


Llegando a la edad de 18 años no perdía la esperanza de ser sacerdote, y con muchos sacrificios compró algunos libros, los cuales estudiaba por las noches, pensando siempre en ser seminarista, para luego ser sacerdote.


Después la familia tuvo que irse a vivir a Celaya, luego a Irapuato, lugar donde recibió clases de latín, sin embargo el 16 de diciembre de 1900 muere su tío y protector y el 26 del mismo mes muere su madre quedando en completa orfandad.


Fue un hombre de Fe


Regresa a su natal Yuriria a buscar a su tío Adeodato Castillo párroco del templo, y quien pensaba le ayudaría a entrar al seminario, sin embargo le contesta lo siguiente: “¿TODAVÍA PIENSAS EN ESO ELÍAS? QUÍTATE ESA LOCURA. TU NO ERES PARA EL COLEGIO. APENAS SI PUEDES CON LA YUNTA EN EL CAMPO. VETE A BUSCAR TRABAJO PORQUE TE CONVERTIRÁS EN UN HOLGAZÁN”


Ante tal respuesta se regresa y se refugia con su hermana Lucia durante cuatro años, dedicándose a trabajar en el campo y cuidar animales pero sin dejar de leer el evangelio.


Sin embargo era muy querido por todos, invitaba a las muchachas a dar el Catecismo y los domingos motivaba a grandes y niños para que asistieran a misa.


Por fin el 7 de enero de 1904 se abrieron las puertas del convento del Colegio de San Pablo después de haber estado cerradas durante 38 años, recibiendo a 28 alumnos estando entre ellos Elías.


Sin embargo el ya tener 22 años de edad y no tener conocimientos de primaria, además de la llegada repentina de su tío el párroco Adeodato, quien sin miramientos delante del rector le vuelve a repetir las mismas palabras “DÉJATE DE NECEDADES YA TE HE DICHO QUE TÚ SÓLO SIRVES PARA EL CAMPO”. Por lo mismo el rector le niega al entrada.


Sin embargo su necedad va a tener éxito, se regresa a su rancho y el domingo siguiente se confesó con el párroco Fray Agustín Flores, desahogando su deseo de ser sacerdote y la negativa de ser admitido en el seminario, inmediatamente le dijo: “VAMOS YO MISMO TE PRESENTARÉ CON EL RECTOR Y TIENE QUE ADMITIRTE”. En efecto, poco después el rector lo aceptó como seminarista en el Colegio de San Pablo en el Convento Agustino de Yuriria, Gto.


Su vida en el Seminario fue muy difícil, dormía en el piso solo con un gabán, de alimento tortillas y frijoles, seguía barriendo calles de las casa ricas para ganar algún dinero y poder comprar su hábito y algunos libros.


Su precaria situación lo llevó a hurtar unos frutos en el huerto de Doña Gregoria o “Goyita la Chalupera”, Elías se disculpó, la señora le aceptó el hurto como una necesidad y a partir de ese momento se convierte en su protectora de Elías. Un día al estar estudiando se le borró la vista.


El Dr. Miguel Silva, le dictaminó que su ceguera era grave y necesitaba de un largo tratamiento, buena alimentación y lentes con mucha graduación.


Nuevamente aparece su Ángel de la Guarda recayendo en la persona de Doña Soledad Orozco acaudalada y noble dama de Yuriria, comprometiéndose a cubrir todos los gastos de su tratamiento, logrando una curación total 3 meses después.


Elías se había encomendado a la Virgen Socorro que veneraban en Morelia. Su curación había sido un “Milagro”.


Ordenación sacerdotal


El 20 de noviembre de 1911 recibe su noviciado, para continuar sus estudios en el Convento de la Provincia Agustiniana del Templo de San Antonio en la ciudad de Aguascalientes, Ags.


El 18 de marzo de 1916 es ordenado como sacerdote Agustino en el Templo de San José de esa misma ciudad.


El 2 de julio de 1916 celebró su Canta Misa en la iglesia Convento de Yuriria el mismo día que se veneraba la Virgen Santísima del Socorro, teniendo 33 años y 3 meses de vida.


El padre Nieves recibe su primer destino ministerial en la Parroquia Agustina de Yuriria.


En noviembre de 1916 paso a colaborar en la vicaría de San Nicolás de los Agustinos, Mpio., de Salvatierra, Gto., a petición de su tío que tanto le había obstruido su sacerdocio.


A fines de noviembre de 1916 fue solicitado en Aguascalientes, donde duró dos años practicando su sacerdocio.


En noviembre de 1919 retorna a Yuriria para pasar una de las etapas más polémicas de su vida. Regresa con el encargo de Vicario cooperador, donde un hombre neurótico y celoso lo acusó de imaginarios amoríos con su esposa, lo cual jamás se comprobó pues muchos años después el calumniador se arrepinti