Historia de los Tradicionales Barrios de Irapuato

En el municipio de Irapuato, se realizan del 30 de noviembre al 31 de diciembre los tradicionales Barrios. Cada colonia y comunidad tiene designada una fecha, donde se reúnen familias y amigos para compartir una cena típica y los ricos ponches.

A la celebración se suman los juegos mecánicos y puestos de comida que deleitan a chicos y grandes. Es común encontrar las calles adoradas con papel picado, flores de papel, luces de colores o cualquier adorno alusivo a la navidad.

Los Barrios de Irapuato, han crecido conforme el paso del tiempo.

Origen de los Barrios

En el año de 1880, por primera vez se celebraron en la Villa de Irapuato las fiestas conocidas como “Barrios”. Este acontecimiento se dio gracias al Capellán del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe del Puente, el Presbítero Don Juan Nepomuceno García, quien, devoto de ella, organizó un novenario en su honor, previo a la fiesta del día doce de diciembre. Después de solicitar la autorización al Señor Obispo, dio comienzo en la Parroquia (del centro) y siguió cada día en los barrios de: Santiago, San Vicente, San José, San Miguel, el Señor de la Misericordia, San Cayetano y Santa Anita, culminaron estas festividades en el Templo de Guadalupe del Puente.

Todos los barrios tenían sus representantes los cuales a su vez se esmeraban para que el suyo fuera el mejor por ello lo adornaban con papel picado, flores, estambres y velas con adornos de cera. Por la mañana iban en peregrinación hasta el Puente, llegando después al barrio, con antojitos mexicanos, fuegos artificiales, música y ponche. Un jurado se encargaba de señalar cual había sido el mejor organizado de ellos y se les otorgaba un reconocimiento.

Estas fiestas profano-religiosas fueron interrumpidas en el año de 1910, debido a la Revolución Mexicana y, más tarde por la Guerra Cristera, por los años de 1926- 1928.

El año de 1930 fue providencial para esta tradición, ya que el Señor Cura Don Martín Lawers la rescató de las constantes interrupciones sufridas. La gente respondió con tanto entusiasmo, que hasta se han ido agregando nuevos barrios en virtud del crecimiento de la ciudad.

En el año de 1974, la capilla de Alma Mater, conocida hoy como templo, requería de fondos para su rehabilitación.

Entonces uno de sus fieles, Raúl Mata Hernández, sugirió al padre Rangel, realizar los barrios para recaudar fondos, en un principio sólo participaron los habitantes de las colonias las Carmelitas, Irapuato, El Refugio, Valle del Sol, Infonavit, El cantador el Bosque, y la Plan Guanajuato.

En las peregrinaciones, la música de viento era un elemento indispensable que formaba parte de los rezos y cantos de los feligreses “Cada año se hace una peregrinación y ahí la gente le daba su cooperación al padre, así estuvo trabajado muy a gusto, al transcurso del tiempo, los señores que organizaban los barrios en Barrio Nuevo, dijeron que por qué no lo hacen todos juntos y uno de los que estuvo ayudando fue Marcelino Balboa, el daba todo el programa, lo mandaba hacer y regalaba todos los volantes para los Barrios, de ahí surgió” y desde ese día, el señor Raúl Mata, es el encargado de asignar a cada colonia la fecha que le tocará realizar los “Barrios”.

Ya son Patrimonio Cultural Inmaterial de Irapuato

Para salvaguardar una de las tradiciones más arraigadas entre las y los irapuatenses, en agosto del 2021 las autoridades del Gobierno de Irapuato, encabezado por el alcalde Ricardo Ortiz Gutiérrez, declararon como Patrimonio Cultural Inmaterial fiesta de los Barrios.

¡A los Barrios no se invita, se llega!

La costumbre de dar alimentos, surgió a raíz de que las personas que participaban en las peregrinaciones a la Virgen de Guadalupe, se reunían para dar de comer a los músicos de la banda de viento.

La frase “A los barrios no se invita, se llega” comenzó a popularizarse entre los habitantes que sin importar la procedencia de los asistentes abrían las puertas de sus casas para ofrecerles una taza de ponche, un plato de pozole, tostadas, entre otros platillos típicos.

Poco a poco y con el paso de los años se convirtió en una festividad en donde el objetivo principal era la unión entre los miembros de la comunidad, familia y amigos, una tradición que ha evolucionado y pasado de generación en generación.

De ser un evento religioso, se convirtió en reuniones sociales, la ocasión perfecta para que las y los iraputenses se pudieran rencontrar con seres queridos que residen en otros estados o el extranjero, una fiesta que es muestra de arraigo e identidad en la capital fresera.

Fuentes: Los Tradicionales Barrios de Irapuato. El Sol de Irapuato, Historiamonos Historia Municipal de Nosotros. Irapuatenses distinguidos. Segunda parte.

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