Muere el cineasta mexicano Felipe Cazals

El cineasta Felipe Cazals falleció el sábado 16 de octubre del 2021 a la edad de 84 años. Es uno de los cineastas más importantes del cine mexicano contemporáneo.

Había nacido un 27 de junio de 1937 en Guéthary, Francia. Con tan solo cuatro meses de nacido, fue registrado y bautizado en Zapopan, Jalisco.

Tras recibir una educación en escuelas maristas y militares, su pasión por la pantalla grande lo llevó obtener una beca para estudiar cine en el Institut d’Hautes Etudes Cinematographiques (IDHEC) de París, escuela que dejó más tarde, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura).

A su regreso a México, se incorporó al equipo de realización del programa televisivo La hora de Bellas Artes, donde realizó sus primeros cortometrajes, ¡Qué se callen! (1966) y Leonora Carrington, el sortilegio irónico, entre otros, reconocidos en festivales internacionales como Mar del Plata y Sao Paulo.

Nace el Cine Independiente de México

En la década de los sesenta, Felipe Cazals, junto con un grupo de amigos y colegas cineastas (Arturo Ripstein, Rafael Castanedo y Pedro F. Miret, entre otros) formaron el grupo Cine Independiente de México, asociación dedicada a la realización de cine experimental, con la cual Cazals produce sus dos primeros largometrajes: La manzana de la discordia (1968) y Familiaridades (1969).

En 1970 dirigió su ópera prima, Emiliano Zapata, posteriormente realizó tres de las películas más emblemáticas de la década de los setenta: El apando (1975), ganadora del Ariel a la Mejor Edición; Canoa (1976), reconocida con el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín y el Ariel a Mejor Argumento original; y Las Poquianchis (1976) película reconocida con el Ariel por Mejor Coactuación Femenina.

En su vasta filmografía destacan también: Los motivos de Luz (1986), ganadora de la Concha de Plata al Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, del Ariel por Mejor Actriz y Mejor Coactuación Femenina, así como Las vueltas del citrillo (2006), que ganó premios Ariel por Mejor Coactuación Masculina, Mejor Actor, Mejor Dirección, Mejor Guion Original, Mejor Vestuario y Mejor Maquillaje.

Reconocimientos y premios

Fue merecedor de múltiples premios internacionales y nacionales como Premio Coral a su Trayectoria en el Festival de Cine Latinoamericano de La Habana (1993); la Medalla al Mérito Cinematográfico Salvador Toscano en 2006; el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2007; aparte de Oso de Oro en Berlín y homenajeado de nuevo en la Berlinale de 2016 por “Canoa”.

En el 2008 fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes y en el 2010 recibió el Ariel de Oro, como reconocimiento a su extensa y destacada trayectoria.

¿Quiénes fueron Las Poquianchis?

Las Poquianchis fueron un grupo criminal, conformado por cuatro mujeres; ellas eran hermanas y se dedicaban a la trata de blancas operando en parte de Jalisco y Guanajuato en los años de 1945.

Delfina, María de Jesús, Carmen y María Luisa, todas hermanas, fueron detenidas en Jalisco en 1964, ya que construyeron una red de secuestró y prostitución.

Las Poquianchis asesinaron entre 90 y 150 personas entre mujeres explotadas, recién nacidos y clientes, hecho que las considera las asesinas seriales con el mayor número de víctimas en la historia de nuestro país.

Estas mujeres nacidas en El Salto, Jalisco manejaban prostíbulos en este mismo estado y Guanajuato, lugares en donde golpeaban y sometían a sus víctimas.

Nacidas en una familia de carácter disfuncional, su padre, un policía del gobierno porfirista, alcohólico y que las maltrataba, mientras su madre era una fanática religiosa; cuando los padre murieron, las hermanas usaron la herencia para iniciar un negocio que para ella era seguro.

Su negocio se trataba de una cantina en El Salto de Juanacatlán, municipio de Jalisco en la que además de ofrecer tragos, también vendía los servicios de jóvenes prostitutas, como el negocio marchaba bien se extendieron hasta Lagos de Moreno pero ahora con un servicio extra, que era la renta de cuartos para que las parejas tuvieran encuentros sexuales.

El negocio iba en crecimiento, entonces Delfina contrató a su hermana Carmen para que le llevara la contabilidad, quien la convenció de legalizar el negocio y después de obtener los permisos necesarios, instalaron “Guadalajara de Noche” el burdel más famoso de esos tiempos en la zona.

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