Testimonios: Los sobrevivientes de los mártires del 2 de enero de 1946

A continuación se presentan algunos de testimonios de sobrevivientes, espectadores, rescatistas, personas que vivieron y recuerdan claramente los hechos ocurridos del 2 de enero de 1946, en León, Guanajuato.

Estos testimonios fueron tomados del libro “Por el rescate de la memoria 2 de enero 1946”. Enero de 2007. H. Ayuntamiento de León 2006-2009

Voluntario de la Cruz Roja

Voluntario de la Cruz Roja Melesio Ortega Muñoz

Soy Melesio Ortega Muñoz, tengo 77 años, soy sobreviviente de los acontecimientos del 2 de enero de 1946.

Esa noche me tocó guardia de servicio en la Cruz Roja, cuando yo llegué estaba allí el jefe Lupe y me dice: vente Melesio, vamos a ver cuántos pacientes de alacrán.

El lugar tenía 3 patios, cuando rebasamos el tercer patio empieza la balacera, me dijo: oye ya empezó la balacera, corramos al teléfono, nos regresamos y corrimos al teléfono, cuando llegamos estaban sonando los dos teléfonos, en cuanto recibimos las llamadas de auxilio en seguida salimos para el centro.

Subimos a la ambulancia y entramos por toda la calle Hidalgo cruzando de Catedral para adentro, llegamos y estaban unos carros obstaculizando el paso de los carros, cuando llegamos muchas personas se acomidieron a mover el carro para entrar nosotros.

Entonces al llegar frente, a la Parroquia, era un tendedero de gente en el piso, no sabía uno ni quienes eran, no supe cuánto tiempo transcurrió pero sí llegamos rápido.

Mi impresión al bajar de la ambulancia fue ver muchos cuerpos tirados, enseguida partimos a ver, quien tenía vida y quien no tenía vida para levantar a los que tenían vida, Dios nos ayudó mucho en ese sentido porque estaba tanto cuerpo tirado, estaban casi pegados uno sobre de otro. Mucha gente gritaba pero no recuerdo que, había quienes subieron por su propio pie, había una cantante, la Valentina, cuando yo llegué a la ambulancia iban subiéndola a ella.

Para eso, un compañero que ya murió fue ponerle un torniquete y murió nos quedamos solos con una camilla y empezamos a revisar cuerpos a ver a quién podía levantar, levantamos un muchacho que se quejaba mucho de una pierna, lo revisamos todo y tenía en la pierna derecha o izquierda un balazo, lo único que se me ocurrió fue ponerle un torniquete y así lo llevamos en la camilla hasta la Cruz Roja entre él y yo, de ahí de entre la Parroquia partimos hacia la 5 de Mayo, dimos vuelta la 5 de Mayo con él en la camilla. Fue cuando hubo otra balacera.

Muchos que se subieron a los árboles estaban heridos, fue la forma en que se salvaron; cuando se levanta uno y dice no, no estoy herido, no te levantes porque aquí nos matan a todos, no te levantes le dijo mi compañero, tírate, entonces lo que hicimos fue levantarlo, llevarlo apoyado entre nosotros casi, casi, en camilla de brazos.

Ya era de madrugada cuando íbamos llegando a la Emiliano Zapata, oí cascos de caballo, dije: hijos de la fregada a la mejor aquí nos van atizar a nosotros pensé yo.

Lo que nos valió, porque no se habían fijado si llevábamos el brazal o no, lo que nos valió es que llevábamos la camilla, la llevábamos extendida.

Recuerdo yo exactamente que como a las seis de la mañana llegué al puesto de socorro y como a los diez, quince minutos empezaron a llegar mis compañeros, todos cansados, todos sedientos, todos asustados, todos pues sin ningún aliento de nada.

Me solté gritando mucho, puras incoherencias, el que andaba de chofer que era Carlos Gómez Díaz que murió el año pasado, me dio una cachetada. No lloré por susto, lloré por desaliento, por incapacidad de nada, no lloré con lágrimas; si lloré por dentro, se siente más feo. Me di cuenta de un hermano de un compañero, no me acuerdo el nombre del niño pero su hermano era Froylán Gutiérrez, miembro también de la Cruz Roja, lo mataron de un balazo en la cabeza. Tiempo después traté de controlarme, mis sentimientos, mis nervios y seguir sirviendo a la humanidad por medio de la Cruz Roja.

Sobreviviente de la masacre

Sobreviviente de la masacre Sixto Infante

Yo me llamo Sixto Díaz Infante Romero, nací en el año de 1923, tengo 82 años.

Esa noche del 2 de enero estaba en frente de Palacio. El gobierno quería meter un presidente y el pueblo quería otro y esa fue la causa que hubo tantos muertos.

El domingo antes del 2 de enero fue cuando tomó posesión el presidente que el gobierno quería que era el Dr. Quiroz, pero no fue el pueblo de León el que estuvo allí, fueron puros agraristas que trajo un líder de San Pancho, Adelaido Gómez, ese trajo todos los agraristas aquí al jardín a caballo y son los que tomaron la posición del presidente y el pueblo, ese a medio día domingo estaba en el parque, cuando llegaron los federales a caballo y en jeep y azotaban a la gente que estaba allí, cuando en ese momento estaba tomando posesión de presidente del gobierno que era el Dr. Quiroz.

Esa noche yo estaba viendo a la gente que nunca había estado tan alegre que parecía una romería, ahí andaban los mariachis y los niños detrás de la caja de muerto que traían unos muchachos, donde le lloraban y le cantaban, le ponían sus velas. Ahí como si estuviera muriendo el PRM.

Nos dijo el licenciado Trueba Olivares que a las nueve de la noche iba a dar respuesta el gobierno de Guanajuato y nos dijo que nos fuéramos que al día siguiente nos iban a dar la respuesta y nos dio la respuesta a balazos, yo estaba con seis amigos, uno era mi hermano, ninguno salió herido, después de esta balacera se dejó venir los federales a caballo; Barrón y Z.

Martínez eran los dos coroneles. Cuando yo voltee, no había nadie parado todos estaban acostados, pues yo también me deje caer y también me acosté pa’ salir arrastrándome aquí hasta la esquina de 5 de Mayo.

Yo vi a un señor que quería que lo ayudara, venía ya panzeado, ya no podía andar, le di la mano para que llegara al fin hacia el kiosco, de él no supe ya nada. Fueron dos balaceras y la más grande fue la segunda. Me paro y luego, luego empiezo a correr, porque empiezan a gritar ahí vienen y ahí vienen a caballo y yo empecé a correr porque yo vivía aquí por la 5 de Mayo allá adelante de la Santísima la Cruz Roja estaba por ahí y ya tenía heridos.

Ya cuando me vine, ya cuando sentí que ya me venían alcanzando iba un doctor adelante de mí y en lo que es ahora el eje, el López Mateos pues yo me fui atrás de él y le pedí por favor que me dejara entrar a su casa.

Y me dejó entrar y luego le dije cuando habían pasado todo que ya me iba, no me dejaba salir porque decía que a lo mejor por ahí había más y le dije que yo ya me iba porque mi papá ya está muy viejo y no quería que saliera a buscarme, es cuando yo ya me salí y me fui a mi casa.

Al día siguiente quise pasar aquí por la plaza para ir al trabajo y no pude pasar porque estaban todos los federales, estaban en los portales y se veía la sangre que andaban lavándola.

Hubo muchos muertos, muchos, se dijo que el Gobierno tiró los cadáveres en camiones de la basura en las orillas, sino ¿Dónde quedaron todos los muertos que había frente a Palacio?, ¿Dónde quedaron? Quiero que me digan como los desaparecían.

A nadie castigaron… ¿no pues el pueblo qué?. ¿La voz del pueblo contra el gobierno? ¡menos en esos años!.

Hubiera habido justicia pero ¿a quién ajusticiaban? ¿de dónde vinieron las órdenes? el mismo Barrón que era militar y el otro Cano y el Gobernador eran quienes mandaron esa orden.

El 2 de enero es una cosa triste para el pueblo de León, que sufrieron tanto, no tenían porque haberlos matado si no hicieron nada. Cualquiera que estuvimos ahí pudimos haber muerto.

Hago por no recordar esta fecha… porque recordar es volver a vivir y prefiero no acordarme…

Manifestante sinarquista José de la Luz Vallejo Herrera

Yo tengo 83 años, me llamo José de la luz Vallejo Herrera. Yo viví toda la masacre. Yo siempre fui sinarquista pues todo León era sinarquista. Me decía mi abuelito, agarraba una caja de cerillos y ahí traía como una cadenita y luego me decía mira hijo, esta cadenita, así es el sinarquismo, esta es una cadena que va, que no se va acabar nunca.

Don Carlos Obregón era uno de los principales sinarquistas que teníamos nosotros, ayudaba a mucha gente, era de mucho dinero. Tenía unas peleterías muy grandes enfrente del Correo. Esa noche del 2 de enero se llenó la plaza. Todo León estaba allí. Primero quemamos unas palmas que estaban ahí frente del kiosco.

Esa noche andábamos con un loco que le decían el “loco Tomás”, lo traíamos, nos robamos una caja de allí de Zapiain (funeraria) y echamos al loco ahí para traerlo que era Quiroz (el candidato de la imposición), que era Quiroz al que traíamos, ya lo traíamos muerto en la caja. El féretro traía letreros que decían: muera Quiroz, que muera Quiroz, muera Quiroz, muera el PRM.

Después traíamos al loco Tomás dando vueltas, luego le dije a los muchachos, vámonos a la casa a traer unas cobijas, estaba haciendo mucho frío, si no se arregla esto aquí nos quedamos y haber qué: nos metemos, nos apoderamos de palacio y haber qué, eran las intenciones que teníamos.

Cuando íbamos caminando oímos una como balacera, eran unas ametralletas que traían de allá arriba, ahí arriba de palacio. Luego volteamos para atrás y venia un corredero, y luego, luego los federales de caballería taparon todas las calles. Murieron muchos. El 2 de enero es una fecha que tiene uno para que no haya una imposición tremenda como la que hubo, porque era una imposición puesta por una mafia de priístas, que se encargaron de seleccionarse ellos, a base de fraudes, a base de todo.

Espectador de los hechos

​Espectador de los hechos Socorro García

Me llamo María del Socorro García, voy a cumplir 85 años, yo vivía en la calle Gardenia.

Mi esposo trabajaba en un camión de la basura, él trabajó en el Municipio desde 1938 hasta que murió en 1970. Él se llamaba Jesús Apolinar Escobar. Mi esposo estaba ahí la noche del 2 de enero en palacio porque ahí asistía… pero dice que ya vio tan enardecida a la gente que ya no quiso salir. Había habido las elecciones el domingo para que hubiera presidente, que era este señor Quiroz y don Carlos Obregón.

En las elecciones mi esposo era presidente de la casilla que abrían, dice que hubo muchos disturbios en la casilla, ya fueron con los escrutadores con los que ponían de otros partidos del sinarquismo a que estuvieran ahí, no estaban conformes que porque decían que ellos se robaban el voto y que no estaban conformes porque él era del PRI. La casilla esa la pusieron en esa ocasión por la Gardenia para allá, pasando la Álvaro Obregón.

Yo no voté, entonces las mujeres no teníamos voto, ahora sí que ni voz ni voto.

Estas personas no estuvieron de acuerdo, todas las que hacían mitin y se iban a gritar afuera de palacio, pusieron hasta una caja de muerto diciendo muera el PRI, muera el PRI, muera el PRI y empezaron…

Él dice que ya iba a salirse de palacio para venirse, vio tanta multitud que estaba enardecida con piedras, con palos y dice que vio que salió un tránsito y que lo maltrataron hasta donde quiso la gente, dijo, no pues yo me salgo y también a mí me maltratan, no mejor yo me voy a quedar aquí.

Ya habían pedido soldados para que vinieran a resguardar el palacio porque la gente se quería meter, entonces dice que de repente; oímos una balacera ¡pero balacera! dice yo me salí para el patio atrás de un pilar de los de palacio y entonces la balacera terrible y sale de adentro, de arriba, que estaba arriba el que los mandaba un general que se apellidaba Olvera y sale de arriba corriendo, baja las escaleras del segundo piso y que les grita paren el fuego hijos del esto, ¿quién les dijo que dispararan?

Dice: pues yo estaba nada más atrás del pilar viendo el gentío y el caidero de gente, un caidero de gente bárbaro que estaba cayendo, dice yo pensé ya se acabaron toda la gente… Ya se acabaron León, los que estaban buenos empezaron a correr… empezaron a correr, a pararse, a gatas otros… los que ya no pudieron ahí quedaron, ahí quedaron muertos unos y otros heridos, empezó a entrar yo creo las Cruces Rojas nada más se oía las sirenas.

Ya el general ordenó que nadie saliera de ahí, que salieran a acompañarlo a contar los heridos y los muertos.

Yo como tenía el pendiente de mi marido empecé a llorar. No vino en toda la noche.

Otro día eran las doce del día y fui yo al centro porque se oía aquello tétrico se escuchaba, todo feo que se veía el centro estaban muchos periodistas ya estaban poniendo las cajas afuera de la Parroquia adentro no cupieron, las empezaron a poner afuera de la Parroquia todos los muertitos que hubo que los iban a enterrar a las cuatro de la tarde. Un gentío, era una procesión de gente y todas la cajas las llevaban en hombros por toda la Madero, las cajas de todos los muertitos.

Decían que tiraron mucha gente en los camiones de la basura pero no es cierto, mi marido traía un camión de basura y los mandaban diario al barrio, a las tenerías a que sacaran los cueros de las reses que mataban, entonces aquel camión andaba con pelos en las redilas con toda la sangre, analizaron la sangre tanto si era de un ser o era de un animal, pero esa fue mentira.

Fuentes:

La Nación al Servicio de México, fragmentos tomados de las ediciones de las siguientes ediciones: Año V-Núm. 223 / Año V- Núm. 230 / Año VI- Núm. 265/ Año VI- Núm. 274

Por el rescate de la memoria 2 de enero 1946”. Enero de 2007. H. Ayuntamiento de León 2006-2009. Aportación de la Periodista Coco Bernal

Efemérides Guanajuatenses; Manuel Sánchez

Cronología histórica de León

Editorial Centenarios

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